Existen muchos mitos en el entorno digital. Uno de ellos es que tener una página web en inglés, es suficiente para exportar a cualquier país del mundo. Craso error.
Aunque es cierto que una página web es un escaparate abierto al mundo, esto no es suficiente para entrar en el comercio internacional.
Al igual que en los negocios físicos, para salir a vender en el extranjero con un ecommerce es necesario conocer el mercado al que se va a dirigir. Datos sobre el entorno socioeconómico, cultural, político, etc. Son imprescindibles antes de plantearse la internacionalización de un comercio electrónico. Pero además de esto, al tratarse del entorno digital, también es necesario conocer el comportamiento de los usuarios en éste, para encontrar la forma de llegar hasta ellos por la puerta principal: el buscador.
Google es el buscador más usado en España, pero no sucede así en el resto de países. El estudio del entorno digital requiere una exhaustiva recopilación de información sobre los motores de búsqueda más usados, los medios sociales más relevantes, los métodos de pago online más seguros y las normativas legales vigentes del país de destino.
Con esta información no sólo hay que traducir la web y adaptar su contenido, sino que hay que diseñar una nueva estrategia omnicanal de marketing digital. Cada mercado, requerirá una estrategia diferente.
Por lo tanto, hay que comenzar posicionando la página web en el motor o motores de búsqueda más usados en el país. Hacer marketing en buscadores (SEM) para aparecer en los puestos destacados es la forma más rápida y eficaz de conseguirlo. No obstante, es necesario complementarlo con la optimización en buscadores (SEO), para mantener el posicionamiento y aparecer en los primeros resultados de búsqueda. La estrategia en redes sociales, también es fundamental. La interacción con los usuarios servirá para construir marca y generar confianza.
Internet es la llave de entrada a la internacionalización, siempre que se entre por la puerta adecuada.
