El clic, la unidad de medida de la rentabilidad

Hacer marketing en buscadores, la optimalización SEO e incluso las redes sociales tienen como objetivo, directo o indirecto, la captación de clics, con el fin de que éstos se transformen en leads y posteriormente conviertan. Lo que en términos de marketing digital se conoce como el embudo de ventas.

Tener un buen CTR implica que la campaña SEM está siendo eficaz y por lo tanto rentable. Recibir muchas visitas procedentes de los resultados orgánicos, es un buen indicativo, como también lo es las visitas generadas en los medios sociales. Ahora bien, aunque si bien es cierto que una de la razones de hacer marketing online es la captación de audiencia y para ello el volumen de clics es determinante, existe una excepción en la que la rentabilidad del clic es inversamente proporcional al número de éstos. Es el caso del ecommerce.

 

Cuando se trata de comercio electrónico una de las prioridades debe ser crear un entorno cómodo y fiable, en el que el usuario se sienta seguro. Seguido de esto, lo siguiente debe ser simplificar el proceso de compra en la medida de los posible. No sirve de nada, en términos de rentabilidad, tener una tienda online muy estética y llamativa si ésta no convierte.

 

Muchos expertos aseguran que con siete segundos debe bastar para que el usuario entienda, a simple vista, el objetivo de la web. Pasados estos segundos la navegación intuitiva debe llevar al usuario hasta lo que está buscando. Para ello hay que eliminar “las piedras del camino” tales como los registros obligatorios o los diseños web no responsive. Todo ello sin renunciar a información relevante sobre el producto, su uso o información sobre política de privacidad, tratamientos de los datos o devolución del pedido.

 

En Internet, se invierte en digitalización, se amortiza con analítica web y se rentabiliza en clics.

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