La experiencia de usuario o cómo inducir su placer

Últimamente se habla mucho de la experiencia de usuario y su importancia en el recién estrenado entorno digital, ya que el frío monitor limita la estimulación de la mayoría de los sentidos y es necesario acabar con esta barrera.

A pesar de que parece que todo el mundo está de acuerdo en invertir recursos para emocionar a los usuarios y por lo tanto ofrecer buenas experiencias, poco se sabe de la repercusión real que esto tiene y lo que realmente supone, puesto que más allá de proporcionar ratos agradables, se trata de llegar al cerebro de los consumidores.

Está demostrado que cuando una persona experimenta una sensación placentera (comer, beber, “comprar”, etc.) se activa la región de placer del córtex cerebral. Un cambio físico que el neuroeconomista Antonio Rangel, ha comprobado mediante un experimento llevado a cabo, en el Instituto de Tecnología de California.

La percepción general de la marca influye en las sensaciones físicas del usuario al consumir su producto (sabor, olor, textura…) del mismo modo que el precio es un factor determinante en el respeto hacia la marca. Dicho de otra manera: la parte consciente de los usuarios (el intelecto) registra los elementos comerciales y éstos condicionan su experiencia.

Continuando con las reacciones físicas relacionadas con la experiencia de usuario, es interesante saber que más allá de los factores genéticos, la generosidad o tacañería a la hora de comprar depende de la activación del núcleo accumbens (memoria inconsciente de buenos recuerdos) o el córtex insular (memoria inconsciente de malos recuerdos). El primero inundará el cerebro de dopamina, lo que motivará la compra, pero el segundo, por el contrario, abandonará el carrito y se marchará sin pagar.

Por lo tanto, las marcas deben tener muy en cuenta todo esto y saber que la experiencia de usuario es mucho más que un término de marketing, una tendencia o una ilusión, es algo real que afecta directamente a la decisión de compra y ésta es puramente inconsciente, para bien o para mal.

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