Apenas unos días quedan para cerrar el que ha sido uno de los años más movidos del sector online. Las noticias en el marco empresarial pintan un entorno cada vez más hostil, y sin embargo las cifras relativas a los negocios y las ventas online muestran cada vez mejores resultados.

Mientras que la tendencia de la inversión publicitaria va cayendo progresivamente en el resto de medios, en internet el crecimiento es constante. La rentabilidad de las inversiones publicitarias online ha demostrado su total superioridad sobre los medios tradicionales, y la posibilidad de analizar cada una de las acciones acometidas, y la capacidad de optimizar los esfuerzos más que en ninguna otra plataforma la sitúan ya como el medio ideal para el marketing y la venta.

 Como decíamos, fantástica lectura a pesar de los contratiempos. A lo largo de este año hemos visto como la revisión de la ley sobre cookies creó cierto caos inicial, donde mucho vieron casi el fin del e-commerce.    El devenir de estos pequeños bloques informacionales parecía incierto en aquel momento. ¿Y qué sucede ahora? Si bien es necesaria la existencia de un control de los métodos publicitarios, que vele por los derechos de los usuarios y evite las vías más invasivas, la utilización de cookies es ya algo casi intrínseco de la navegación online. Su labor resulta mucho más beneficiosa y cómoda para el usuario que dañina, y la mayoría de navegantes son lo suficientemente maduros ya como para no entrar en pánico cuando un site les advierte de la presencia de estos elementos.

 Diversas actualizaciones del algoritmo de Google hicieron también temblar a muchos. Está claro que el objetivo de “la gran G” –tal cual sucede con cualquier otra empresa de la misma envergadura- es el de copar el mercado todo lo que pueda, y eliminar en su entorno cualquier posibilidad de negocio que escape a su control. Para ello, no duda en echar sus bestias sobre el terreno, ya sean pandas o pingüinos, removiendo las reglas hasta entonces consolidadas para ponerle las cosas más difíciles a la competencia. “El SEO ha muerto. Larga vida al SEO”. Esta frase es de sobra conocida por los técnicos del sector. Google impone unas reglas duras a los jugadores, y aunque les obligue a adaptarse constantemente, siempre se encontrará un recoveco que permita ganarle algo de ventaja.

 Consecuencia de esas actualizaciones con repercusión notable en las estrategias: el auge del contenido de calidad como elemento determinante para el posicionamiento. Como ya hemos comentado en entradas previas de este blog, la evolución de Internet, de los dispositivos móviles y del propio marketing online han acabado por situar al usuario como eje central de las estrategias. Y el usuario, por encima de todo, lo que busca son contenido de calidad, concordantes con sus términos de búsqueda y que ofrezcan información realmente transparente.

 Sería muy inocente pensar que con sólo la generación de buenos contenidos podamos desarrollar una estrategia online completa, que haga de nuestro proyecto el jugador principal en el sector. Si bien esto resultará imprescindible de ahora en adelante, ningún anunciante de primera podrá evitar el trabajo en campañas de SEM, ya sea mediante el trabajo de enlaces patrocinados o el despliegue de banners, al más puro estilo del Display.

En fin, en nuestro mundo las cosas cambian cada día, y en el entorno online, más rápido si cabe aún. Si pretendemos llevar a cabo cualquier proyecto en la red tenemos que ser conscientes de ello. Mantenerse actualizado en cuanto a las novedades técnicas, vigilar que nuestras tácticas funcionen siempre dentro del marco legal y manteniendo la mayor transparencia con el usuario. Y ser conscientes de que nuestros esfuerzos no tendrán sentido, sino partimos de un plan concreto y enfocado a unos objetivos realistas.

2013 traerá mucha más presión sobre los contenidos, sobre la co-existencia de un plan online tradicional, de uno específico para el entorno móvil y, de ser posible, uno último que relacione los soportes anteriores con una presencia física. Pero todo esto ha de ser entendido no como un obstáculo seguido por otro, sino como un amplio abanico de oportunidades para establecer nuestra presencia en la red y ganarse al público a través de un trabajo competente.

 

 

 

 

 

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